29 jun 2012

MORAVIA: UN ESCENARIO DE 
RESISTENCIA Y MEMORIA
Descripción

Este video pone de relieve las expresiones escénicas que desde los primeros momentos han acompañado la cotidianidad del barrio. De un lado, muestra el testimonio de cuatro mujeres que vieron nacer a Moravia y que crecieron con ella: mujeres que hicieron uso de la teatralidad como una herramienta de cohesión comunitaria y que lograron convertir la protesta en un canto popular que reivindicó su derecho a la vivienda, a la ciudad. De otro, muestra cómo estas manifestaciones vienen desde la memoria que habitan a nutrir hoy la experiencia de un grupo de jóvenes del barrio que hoy vive su propia apuesta escénica.

Argumento

Mientras la ciudad se reinventa agitándose sobre sí misma, desde su corazón llegan los recuerdos frescos de un pasado alimentado por la basura.
En este escenario, quienes intervienen son los protagonistas de su propia historia, sujetos de transformación social que nos brindan una perspectiva invaluable de las circunstancias que enmarcaron el surgimiento del barrio Moravia, como lugar común de lucha, solidaridad, resistencia y dignidad.
EnCortoTaller
SALSA EN MEDELLÍN

27 jun 2012

3º CONCURSO NACIONAL DE MÚSICA ANDINA
TRADICIONAL COLOMBIANA
"RICARDO PUERTA"
Ya están abiertas las convocatorias para la tercera versión del festival Nacional "RICARDO PUERTA". Se llevará a cabo los días 18 y 19 de Agosto en el municipio de Girardota (Ant).
pronto más información
FESTIVAL NACIONAL INFANTIL DE 
MÚSICA COLOMBIANA

24 jun 2012

LEONEL OSPINA
"EL JARDINERO DE LA PARRANDA"

La palabra merendero, se refiere en forma despectiva a esos músicos callejeros que vegetan en las noches de Medellín. Pero hasta ahí esa denominación, porque cuando uno los encuentra, ellos vienen cargados de muchas noticias de su cansada ambición de no haber sido artistas de fuste. Muchos de ellos claudicaron, pero sus caminadas por la noche de la ciudad, sus llevadas de serenatas, así como la música que interpretan, es algo digno de sobrevivir en la memoria. Así alguna vez conocí en el Bar Jurídico, donde nunca vi jueces, uno de ellos: tenía a lo sumo unos 80 años y aun recorría los bares de Medellín desde la Playa hasta la plazuela Nutibara hasta Guayaquil buscando dar serenatas o interpretar canciones ante borrachitos terrenales deseosos de una sentimentalidad en vivo y en directo en las mesas atiborradas de licor, y, por ello recibir unas magras monedas. Este señor con su guitarra se quedaba con nosotros, poetas a la intemperie, y terminaba más borracho con su guitarra destemplada. Pero este señor anónimo como muchas de sus canciones alguna vez me entregó una canción que no había escuchado. “Rondeles”, como si su memoria aun cantara al país de 1950.

De esta manera en la Villa se le dice merendero a una persona, un músico que no ha triunfado y se ha quedado cantando canciones ajenas y dando serenatas a desprogramados bebedores nocturnos o a novias desconsoladas.

Por supuesto que no voy a referirme a Leonel Ospina de esta manera. Leonel Ospina fue un grande de la música parrandera antes que muchos cantantes de ahora existieran. Basta escuchar “María Teresa”, “Ya nació el niño” o “El Jardinero”, canciones que siempre regresan en diciembre para saber de quién se trata.

Ahora Leonel Ospina en los billares de La Playa una mañana de domingo suele acompañar con un bolero y un tango: “La Abandoné y no sabía” 
por:Victor Bustamante
GARGANTA CON ARENA
Ya ves
El día no amanece
Polaco Goyeneche
Cántame un tango más.
Ya ves
La noche se hace larga
Tu vida tiene un karma
Cantar, siempre cantar.
Tu voz
Que al tango lo emociona
Diciendo el punto y coma
Que nadie le cantó.
Con tu voz
Con duendes y fantasmas
Respira con el asma
De un viejo bandoneón.
Canta
Garganta con arena
Tu voz tiene la pena
Que Malena no cantó.
Canta
Que Juárez te condena
Al lastimar tu pena
Con su blanco bandoneón.
Canta
La gente está aplaudiendo
Y aunque te estés muriendo
No conocen tu dolor.
Canta
Que Troilo desde el cielo
Debajo de tu almohada
Un verso te dejó.
Cantor
De un tango algo insolente
Hiciste que a la gente
Le duela tu dolor.
Cantor
De un tango equilibrista
Más que cantor artista
Con vicios de cantor.
Ya ves
A mí y a Buenos Aires
Nos falta siempre el aire
Cuando no está tu voz.
A vos
Que tanto me enseñaste
El día que cantaste
Conmigo una canción.

23 jun 2012

INTRO AL BARRIO

"…Y desde esta esquina, divisamos y reconstruimos todos los días a Medellin, el barrio como las líneas de una mano abierta. Este terruño, es la voz de los poetas inéditos que comulgan con las historias y anécdotas vividas y por vivir; aquí en este barrio hay gente que vive con esperanza, hay otros que viven sin ella pero sin desesperarse, pero todo bien, mañana es otro día, espejo de todos los barrios, este un puñado de poesía, el barrio…"
EL ARRIERO DE 
ANTIOQUIA
Es lunes por la mañana, apenas va amaneciendo, en el naranjo del patio ya chillan los azulejos. Sentado sobre una enjalma que está doblada en el suelo, aguarda con impaciencia su desayuno el arriero. Juana, su mujer, le trae chocolate en coco negro, con una arepa redonda y una tajada de queso. Muerde, masca, sorbe, traga y sopla y sigue sorbiendo, y con el último sorbo le dice a Juana “Hasta luego”. Enciende un grueso tabaco y, ya de la casa lejos, con los dedos en la boca silba llamando a su perro. El blanco cachorro cruza por los sembrados del huerto, y, ágil salvando las cercas, corre del silbo al acento. Chupa, y bocanadas de humo se lleva al pasar el viento; blanca ceniza corona la luz del oculto fuego. - Caramba, Rita, qué ojitos! - Caramba, qué zalamero! Saludes en la montaña a las muchachas de Pedro. Regando rayos de oro asoma el sol tras el cerro, como amarilla custodia que se alza en oscuro templo. Alegre, cantando monos, sigue su marcha el arriero, camino de la quebrada que queda abajo del pueblo. Rita que canta aporreando su ropa en el lavadero, oye sonar las albarcas del otro lado del cerco. Deja de lavar y fija sus ojos en el mancebo, y, “présteme la candela”, dice del agua saliendo. Chupa el arriero el tabaco y al ver que no tiene fuego, de su carriel va sacando eslabón, piedra y yesquero. Suena el eslabón rozando de la piedra el filo terso, rápidas chispas encienden la negra yesca de lienzo. Y al sol brillando sus trenzas, y al sol sus dos ojos negros, con su dengoso donaire vuelve Rita al lavadero. Y alegre, cantando monos sigue su marcha el arriero, camino de la quebrada que queda abajo del pueblo.
Epifanio Mejía

22 jun 2012

GONZALO ARANGO: UNA ENTREVISTA
DE LUCY NIETO DE SAMPER

Gonzalo Arango es mejor hablado que leído. El agresivo escritor nadaísta cuya filosofía tiende a destruir todos los mitos, todos los valores, a soltar, pudiéramos decir, todas las amarras que atan a los seres humanos a las normas establecidas, es personalmente un hombre tímido, mesurado al hablar... y hasta sencillo... Su misión, en este mundo, es “vivir”... en todo el sentido de la palabra, llevándose de calle la moral, el orden, las buenas costumbres... Pero con todo y esas libertades, Gonzalo Arango no es feliz. Es un atormentado, un hombre en muchos sentidos frustrado, un solitario... “Los nadaístas somos muy desgraciados”, afirma; “además la felicidad no existe sino como un estado de plenitud anímica, que se da por oposición al dolor. Somos trágicos, pero paradójicamente podríamos llamarnos felices... porque no nos atamos. Gozamos con irresponsabilidad. No tenemos moral”.

En el ambiente convencional en que lo entrevistamos —una pastelería— ante una mesa con mantel almidonado y florero con rosa en el centro, parecería “des-ubicado”, ya que lo imaginamos mejor instalado en buhardillas, envueltas en humo, rodeado de hombres con pelo largo y mujeres deslacks. Pero no hay tal. El, según nos lo confesó, ha dejado un poco de lado esa vida bohemia, para “trabajar en serio”, y a menudo se sienta ahí, ante esa misma mesa, para escribir y observar, naturalmente con ojo crítico, el mundo que lo rodea...

“La timidez me ha lanzado a la agresividad”

Gonzalo Arango es, personalmente, todo lo contrario de lo que aparenta. No es el hombre agresivo, violento, escandaloso que se adivina en sus escritos... Es humilde, sencillo y habla en un tono casi dulce... “La timidez me ha lanzado a la agresividad”, explica; agresividad que para sus amigos de Cali a veces no es suficiente. Por “blando”, quemaron su imagen en una ceremonia que se realizó en aquella ciudad hace unos años. “Eso está bien”, afirma el “padre” del nadaísmo, que se encoge de hombros porque los discípulos sepan más que el maestro... “El nadaísmo no es una dictadura de conciencia. Es una posición crítica”.

Sobre la mesa hay varios ejemplares de su manifiesto al homo sapiens. Es un manifiesto escandaloso, escrito quizá para hacer cierta la apreciación de los académicos, en un “lenguaje de alcantarilla”... ¿Cuál es la intención de este repugnante mensaje?, le preguntamos. Afán publicitario, exhibicionismo... El lo reconoce así. “El mejor método de persuasión es el escándalo. Somos exhibicionistas porque nos amamos mucho a nosotros mismos. Uno es más importante que todo. El espíritu hay que imponerlo con los mismos métodos con que se impone una pomada.

Aspiramos a que nuestra inmortalidad nos la den por anticipado... Somos trágicos y por eso humoristas... El humor es trágico. Es el valor más alto y refinado de la inteligencia. Ser trágico es fácil: basta existir...”.

“Tuve uso de razón a los 20 años”

A pesar de que tal vez muchos lo saben, le pedimos una definición concreta del nadaísmo. El explica: “Es la negación de todo lo muerto y la afirmación de todo lo que está vivo. Tenemos una actitud frente a la política, a la religión, a la estética. La estética nadaísta es una trampa de ratón, y hay que saber la forma de roer el queso sin quedar atrapado... No nos sometemos a ningún precepto, porque limitaríamos la libertad creadora; porque esa libertad es el valor esencial del arte”.

Gonzalo Arango, interrumpe a menudo sus disertaciones para mirar al vacío... Medita sus respuestas y algunas las subraya con una sonrisa maliciosa... Se burla de todo, se ríe del mundo y de sus semejantes. A veces reconoce que es loco, pero sin embargo afirma: “He estado en contacto con psicoanalistas y he descubierto que los locos son ellos... Yo soy muy cuerdo... Ellos están llenos de complejos...”.

Opiniones para Lucy

Qué pienso de la vida

Que es un inventico estupendo.

De la muerte

Por desgracia existe, pero tengo fe en que los rusos inventarán la inmortalidad antes de morirme. Si la inventan prometo volverme comunista.

De las mujeres

Sólo por las mujeres vale la pena vivir, y hasta escribir. Dios tuvo una idea genial al inventarlas.

Del matrimonio

Es excelente para los que no tienen nada qué hacer con su vida. Es una institución muy moral, pero va contra la naturaleza. No me gusta en absoluto. No creo que tenga mucho corazón para soportar una mujer a mi lado doce horas de día y doce de noche. Esto requiere no sólo mucha paciencia sino mucho coraje.

De los hombres que se matan por las mujeres

Que son bobos. Al contrario, a mí las mujeres siempre me han servido para no matarme. Toda mi vida y todo mi pensamiento gira en torno de una mujer, de dos... hasta de media docena. Debe ser por esto que Elena Araújo, la crítica dice que mi literatura es frívola. Cosa que es cierta, porque no soy un intelectual sino un vividor.

De la fidelidad

Existe, pero no hay que creer en ella. Y es muy admirada por los fieles como todos los mitos.

De no haber fundado el nadaísmo ¿qué habría hecho con su vida?

Supongo que lo peor, como casarme, o haberme suicidado. Todo parecía indicar que iba a ser abogado, pero afortunadamente cierta inclinación a torcerlo todo me desvió del Derecho.

¿Cree en el horóscopo?

Creo que la línea de la vida, según los astros, es una línea curva, difícil y que conduce a la gloria.

¿Qué métodos o sistemas usa para escribir?

Ninguno. Yo soy un desordenado, un antimétodo, un anti-todo. Trabajo toda la noche porque nunca puedo dormir. Escribo, fumo, medito, hago infinidad de cartas, y cuando me siento estúpido me emborracho. Luego me acuesto a las 8 de la mañana y duermo hasta que despierto. He deseado vivir libremente como los pájaros. Me encanta no tener dinero, sufrir, y no tener que trabajar en una oficina. Por lo demás, soy el escritor que más trabaja en Colombia. En cierto sentido, soy un santo.

¿Se casaría?

No, nunca, los santos no nos casamos. Sinceramente me considero el peor “partido” para una mujer. Y algo muy terrible: soy un solitario. Las mujeres me agradan mucho por un rato, pero no para toda la vida. La estupidez humana me ofende, me escandaliza.

A duras penas me soporto a mí mismo. Además soy psicópata.

La gente tiene la opinión de que usted es loco. ¿Usted qué piensa?

Pienso que la gente es muy estúpida y se mete en lo que no entiende, ni le importa. Y además sí estoy loco.

¿Se siente un gran escritor?

No, en absoluto, me siento limitado, infinitamente insignificante. Cuando pienso en lo poco que valgo, me da mucha lástima.

Pero, ¿está orgulloso de sus libros?

No, todos los que he publicado me parecen basura, ni siquiera siento remordimiento por ellos, a lo sumo desprecio.

¿Para los nadaístas existe la inspiración?

Sí, porque a pesar de todo los nadaístas también tenemos un alma. Pero no creo en la inspiración al estilo romántico. Es más bien ciertas condiciones especiales que hacen posible la creación. No le puedo decir cuáles son esas condiciones, porque son un misterio, y aunque las poseo, no las conozco. Por ejemplo, yo sé que escribí mi novela Punta de Cielo en un mes de delirante embriaguez... estaba abonado para el milagro. Y sin embargo, sé que bajo otro estado diferente, esa misma obra no la habría podido escribir en dos años. La verdad es que yo no soy un escritor profesional, ni un intelectual de uso corriente, yo me siento un instintivo, un pasionario. Me agrada definirme con una frase Lawrence, esa de que la obra nace por pasión en mí como los besos.

¿Qué le parecen las intervenciones políticas del Padre Camilo Torres?

No me parecen políticas, sino muy cristianas y humanitarias. El mismo Cristo para demostrar que era Dios, tuvo que venir a este mundo a predicar su doctrina de amor. Camilo no hace otra cosa que recordarnos la doctrina de Cristo con palabras nuevas pero con idénticas ideas a las que tuvo el cristianismo primitivo. No hay que olvidar que también Jesús era un político de este mundo, que era un antioligarca, un antiimperialista, y un revolucionario como Camilo, y que por eso los van a crucificar a los dos. Este curita es formidable y me encanta porque se volvió nadaísta, por lo cual yo estoy pensando volverme cristiano, para que juntos luchemos por aquello que decía Camus: los que luchan por la justicia, luchan, en última instancia, por la belleza.

¿En qué trabaja actualmente?

Acabo de grabar un long-play con textos nadaístas para los Almacenes Bambuco, creo que será un éxito. A pesar de que yo no me admiro mucho, la juventud me quiere. Pero no me gusta que se ponga tanta fe en mí porque eso me crea compromisos. Detesto sentirme responsable, eso limita mi vida y mi libertad. No quiero responder a nadie de mis actos, ni a Dios ni a los hombres.

El fundador del nadaísmo es el treceavo hijo de una familia antioqueña. Se ha desligado completamente de todos sus parientes... “no quisiera molestarlos”, afirma... “ellos no están de acuerdo con mis ideas...”. Nació en Andes, un pueblecito pequeño, y empezó a estudiar abogacía en la Universidad de Antioquia. “Iba en segundo año de derecho (en 1952), cuando me di cuenta de que la justicia colombiana era letra muerta... Me decepcioné... En esos días había perdido los valores religiosos... y entonces se operó en mí una gran crisis... Empecé a buscar nuevos valores que justificaran mi vida. Ese valor fue el arte. Descubrí una vocación literaria... Nunca pensé en ser escritor”.

“Yo tuve uso de razón a los 20 años... Antes no había meditado en los valores... Cuando lo hice, los encontré deleznables... No resistían el análisis ni la crítica... Me volví racionalista a través de la cultura... La razón destruye la fe...”. Gonzalo Arango es el resultado natural de las sociedades fanáticas... “Una sociedad necesita equilibrarse produciendo locos... Es el caso de Fernando Gonzalez  Nosotros somos sus discípulos... y los herederos de su inconformismo”.

“La literatura es un ocio”

La ocupación de Gonzalo Arango aparte de “vivir” es escribir, aunque en verdad tratándose de un nadaísta esa no es ocupación alguna. Considerarla como al sería desconocer esa filosofía. Y ya lo dijo J. Mario: “Para nosotros, la literatura no es un oficio sino un ocio...”. Y en ese “ocio” han conquistado posiciones. Hace una año, en el Festival de Cali, las obras nadaístas se llevaron todos los premios. Y Gonzalo Arango anota: “El nadaísmo es la generación de vanguardia más importante de América... La filosofía de la juventud es el nadaísmo... Si no existiera el nadaísmo, no existiría literatura colombiana nueva”.

Para sacar a Arango de su nadaísmo, para ubicarlo en una órbita diferente, le hacemos preguntas idiotas. Por ejemplo: “Defina el snobismo”... Después de pensarlo, responde, siempre con su sonrisa burlona, apretando los ojos: “El snobista es un ser que se asoma al espejo y le dice a su imagen: hoy sí que estás inteligente...”. La definición de burgués se queda entre el tintero... Nos responde con una pregunta: ¿usted es burguesa? (¿Seremos burguesas? No lo sabemos. Le pedimos a Arango que defina la burguesía para saberlo...) Pero él pasa a otro tema, no sin antes advertirnos... “Yo soy un burgués... pero no sé cómo soy...”.

Los nadaístas, dice Gonzalo Arango, son reacios a militar en ningún partido político, pero el nadaísmo representa una porción revolucionaria en el campo de la literatura que es afín a la revolución política y social. “Nos conservamos al margen de la política para ser más revolucionarios...”. Y cuenta una anécdota quizá ya desconocida: cuando Alfonso López Michelsen lanzó aquella frase de combate que decía: “Pasajeros de la revolución, subid a bordo”, Arango y sus amigos le pusieron un telegrama que decía: “Nosotros somos pasajeros de la revolución, pero gracias: no viajamos en tercera”.

“El pensamiento es una enfermedad de la vida”

Las cosas que dice el escritor nadaísta nos hacen meditar y nos hacen reír. Realmente, una mente “organizada” como la nuestra no alcanza a comprender muchas de esas genialidades... o locuras. No nos cabe en la cabeza que la razón de vivir de los nadaístas, se reduzca a sensaciones físicas, a vivir la vida irresponsablemente. ¿Actuarán así acaso por cobardía...?

Gonzalo Arango continúa: “El pensamiento es una enfermedad de la vida... Uno termina por comprender que todo es absurdo, y como los nadaístas amamos la vida en forma frenética, nos atormenta tremendamente la muerte...”.

Y ahora pasemos en serio a la literatura. ¿Qué fue el escándalo con el premio Esso? Gonzalo Arango, acompañado por un grupo de intelectuales de distintas tendencias, publicó un manifiesto en el que protestaba por el fallo, proferido por distinguidos miembros de la Academia colombiana. “La Academia tradicional se opone a toda tentativa de renovación”, afirma Gonzalo Arango. “Es una institución conservadora y el arte siempre es revolucionario, cambiando la realidad, superándose a sí mismo. Consideramos peligroso que la literatura esté sometida al yugo de la Academia, que está invadiendo terrenos absolutamente privativos de los escritores, puesto que el escritor puede llegar a ser académico, pero un académico no necesariamente es escritor. Los escritores colombianos nos sentimos ofendidos y humillados con la negativa de la Academia de aceptar los puntos de vista que les pusimos de manifiesto. La Esso piensa que por el hecho de tener la plata puede desconocer los derechos de los escritores. En vista de que se ha negado a aceptar las modificaciones al concurso, haremos una campaña de solidaridad para negarnos a participar en los futuros certámenes del premio Esso, pues si ellos tienen la plata nosotros tenemos la literatura. Y yo pregunto: entonces ¿con quién van a hacer el concurso? Todos los escritores del país nos vamos a comprometer a no colaborar, y quien lo haga será considerado por nosotros como traidor y mercenario...”. Qué beligerantes, afirmamos... ¿No es absurdo que los mismos beneficiados se echen cuchillo en su propio pescuezo? “Sobre las bases actuales no aceptamos nada”. ¿No habrá posibilidades de acordar entre los interesados las bases? “Ellos se opusieron”.

El solitario se despide

El tiempo se acaba y debemos poner final a esta entrevista. Antes de despedirnos pensamos: ¿Qué estamos haciendo nosotras, católicas, en cierto modo conformistas, conscientes, responsables, escuchando a quien predica la destrucción de todo lo que para nosotras vale? ¿Estamos tratando de encauzarlo por el “buen camino”? ¿Tratamos de aprender su filosofía? Nada de eso... Son gajes del oficio, de este oficio de periodistas que nos lleva a veces a escuchar al ministro, al gerente, al sacerdote, a la señora importante, y otra nos coloca ante el discutido nadaísta Gonzalo Arango.

Con su melena revuelta, vestido con una chaqueta deportiva sobre un suéter de lana que lo aprisiona hasta el cuello, Gonzalo vuelve a sonreír burlonamente. En el ojal de la solapa lleva un clavel chino, que resalta agresivo sobre el tono café de la chaqueta desteñida.

Son las doce del día y el sol calienta, pero Gonzalo Arango tiene frío... Se levanta el cuello de la chaqueta, tratando de encontrar el calor que no siente... Se va a descansar, justamente cuando los otros hombres despiertan... No duerme de noche porque no puede... Cuando la actividad de la ciudad está a punto, Gonzalo Arango duerme, de espaldas al mundo. El es un hombre solo con su talento, su inconformismo, su tragedia... Antes de despedirse nos alarga unos papeles en donde nos da su opinión sobre el amor, el matrimonio, la muerte... y se aleja. No mira el hermoso cielo azul que recortan las montañas. No aspira la brisa fresca que nos azota los cabellos, no ve las plantas, que mezclan sus colores en los surcos del parque... Para él no se hicieron esos pequeños goces. El no siente la alegría de la naturaleza. Recordando lo que minutos antes nos dijo, nos conformamos mejor con nuestra suerte. Es bueno tener fe, y creer en Dios, y esperar para después una vida... De cara a las montañas, respiramos alegres el aire puro.

Fuente: Reportajes, Volumen 1. Medellín, Editorial Universidad de Antioquia - Biblioteca Pública Piloto, octubre de 1993.

Y ME PREGUNTAN POR QUÉ 
ME SIENTO BERRACAMENTE 
ORGULLOSO DE SER COLOMBIANO!
DESCARGA:
LOS LEOPARDOS

(Tomado de berraqueranacional.blogspot)
NUEVAS MONEDAS 
PARA COLOMBIA

MONEDA DE 1.000 PESOS
De acuerdo con el Banco, su grabado en el anverso será la imagen de la Tortuga Caguama entrando a las ondas de agua, fondo de líneas rectas finas en sentido radial, con la palabra "Agua" repetida en forma consecutiva y con orientación invertida cada una respecto de la anterior, zonas lisas y el texto con el nombre común y científico de la tortuga.

Su grabado en el reverso será, dentro de una figura poligonal, la leyenda "República de Colombia" en la parte superior y el año de emisión correspondiente en la inferior; dentro del núcleo "1.000" y debajo "Pesos", debajo unas líneas onduladas continuas en sentido horizontal simulando ondas de agua.

La moneda contará con una imagen latente que, dependiendo del ángulo desde el cual se le mire, reflejará las iniciales "BRC", o, "MIL". En la parte inferior del núcleo tendrá en microtexto la leyenda "Cuidar el agua" repetida en forma consecutiva y con orientación invertida cada una respecto de la anterior.

MONEDA DE 500 PESOS
Su grabado en el anverso será una figura dentro de la cual va un círculo que a su tumo contiene una imagen de la Rana de Cristal, en la parte inferior unas líneas finas onduladas, representando agua en movimiento, con el nombre común y nombre científico de la rana en la parte superior.  

Su grabado en el reverso, aclara el Emisor, será una zona circular hacia el borde elaborada en líneas finas onduladas las cuales, a su vez, conforman un círculo dentro del cual se encuentra la leyenda "República de Colombia" en la parte superior y el año de emisión correspondiente en la inferior, en el centro del círculo "500" y debajo "Pesos".

MONEDA DE 200 PESOS
Su grabado en el anverso será la Guacamaya Bandera posada sobre una rama con unas líneas horizontales en la parte inferior izquierda que se van dispersando hacia la parte derecha de esa cara.

En el costado derecho se podrá leer el texto con el nombre común y científico de la mencionada ave. Su grabado en el reverso será una zona circular hacia el borde elaborada en líneas finas onduladas las cuales, a su vez, conforman un círculo dentro del cual se encuentra la leyenda "República de Colombia" en la parte superior y el año de emisión correspondiente en la inferior, en el centro del círculo "200" y debajo "Pesos".

MONEDA 100 PESOS
Su grabado en el anverso será un Frailejón con unas líneas horizontales en la parte inferior izquierda que se van dispersando en la parte derecha de esa cara. En el costado lateral izquierdo se podrá leer el nombre común y científico de dicha planta.

Su grabado en el reverso será una zona circular hacia el borde elabor ada en líneas finas onduladas que, a su vez, conforman un círculo dentro del cual se encuentra la leyenda "República de Colombia" en la parte superior y el año de emisión correspondiente en la inferior, en el centro del círculo " 100" y debajo "Pesos". 

MONEDAS DE 50 PESOS
Su grabado en el anverso será un Oso de Anteojos con unas líneas horizontales en la parte inferior izquierda que se van dispersando hacia la parte derecha de e s a cara. En la parte superior, el nombre común y científico de esta especie.

Su grabado en el reverso será una zona circular hacia el borde e laborada en líneas finas onduladas las cuales, a su vez, conforman un círculo dentro del cual se encuentra la leyenda "República de Colombia" en la parte superior y el año de emisión correspondiente en la inferior, en el centro del círculo "50" y debajo "Pesos".

Las monedas entraron en circulación desde el 13 de Junio, el Banco de la República comento sobre una nueva familia de monedas que serán producidas con menores costos y nuevos elementos de seguridad. Las monedas circularán simultáneamente con las actuales y ambas servirán como medio de pago.

-fuente original portafolio.co-

21 jun 2012

PALOMA DE AMÉRICA
A Alberto Lleras Camargo

Te llamabas Colombia cuando
la dignidad fulgía en tus manos áureas,
cuando tus creadores y tus hombres de letras
te ponían en las sienes sus rosas, sus laureles,
su música: cuando eras la azul cazadora de hazañas,
la ceiba de la historia:
cuando tu frente era molde y ejemplo de virtudes
y era serenidad, inteligencia,
honradez, porvenir, genio y figura.

Te llamabas Colombia cuando tus hijos
de erguida sangre patricia,
sobre alados caballos de cascos de relámpagos
bordaban tu bandera con gritos,
con jubilosos himnos,
jurando bajo el cielo ensangrentado
no verte nunca jamás vencida,
ni vejada ni herida ni ultrajada.

Te llamabas Colombia cuando en tu regazo,
agradecida, se sentaba la gloria.

Aquellos dioses fértiles
hicieron de ti la diosa joven
de la Libertad y la Justicia. Ellos te levantaron
y te condecoraron de gestas seculares:
todos esos amantes tuyos fueron
los padres de tus hijos. Porque estabas orlada
de encinas y de robles, de cafetos y mares,
de ríos y esmeraldas, de simones y de córdobas,
santanderes y zeas, liborios y atanasios
y porque eras la muchacha más preciosa
y valiente del Continente limpio.

Te llamabas Colombia cuando la espada diligente
y en trance de victoria, se confundía
con la pluma de fuego en las justas libertadoras,
en las lides del Derecho, del Ideal, de la Justicia,
de la Democracia nítida. Cuando tu nombre
–el más bello que otro país no tuvo nunca–
dejaba por su camino las huellas
de una estrella de futuros y aventaba
a las generaciones venideras
sus semillas de mármol y de bronce.

Cuando tus manos de amazona certera
lanzaba al paisaje enlutecido
sus flechas de oro rútilas
como senderos de esperanza y martirio,
que te conducirían a inmortales destinos,
a remotas auroras. Te llamabas Colombia
porque fuiste amasada con centellas y centauros,
plasmada con besos de planetas maduros
y auxilios de antorchas: porque naciste
de las hojas del pan, del viento y de la fuente.

Jamás un pedazo de tierra
se convirtió en una mujer más pura y más digna.
Jamás parió la tierra una flor más perfecta,
una palma más fuerte y más altiva.
Te llamabas Colombia porque te destinaron los oráculos
a ser entre todas tus hermanas
la Paloma de América. Porque tus labios
promeseros y generosos, destilaban néctares
y tus ojos celestes eran como dos islas
de amor iluminadas.

Hoy te llaman –te llamo– angustia, lámpara dormida,
la Colombia sangrante, agonizante,
la Colombia en pedazos. Hoy te llaman, Colombia,
la que olvidó la ruta, la sonámbula
que se perdió en la noche
para caer en brazos de rudos pecadores
que mancillaron tu túnica, para dejarte luego,
sola, desamparada, en mitad de la calle de la Historia,
del bien y de la lucha.

Yo te llamo la Ausente, la sin risa y sin alas,
la gran sacrificada, la desolada mártir,
la rubia abandonada en las playas del mundo.
Hoy te llaman, Colombia, la corza sin aliento,
sin remos, sin respiro, sin bríos; la fuerza inútil,
el inválido ariete, el brazo sin esfuerzo;
el águila mordida por dientes infernales,
a la que le trocaron el albo caballo de Bolívar
por los toros de raza.

Y te llamo… y no me oyes porque te has ido lejos,
porque te has ido pálida, arrastrada y llevada
por aquellos piratas de la mirada tuerta,
los de barbas malditas y de manos podridas
donde el oro es un crimen.
Llevada por los helados esqueletos robustos
que nunca vieron, turbios,
tu salud, sino el brillo de unas rotas monedas
por Judas acuñadas. Porque jamás, Colombia,
se vio ni olió una vergüenza
igual a esta negra vergüenza.
Y te llamo y no me oyes porque te han conducido
a la sórdida madriguera de las lamentaciones
donde el odio vigila y la ignorancia firma;
allá donde la luz se humilla
y el viento, tu galante, no entra
porque el asco hace caer sus crines
de horizontes. Allá donde las alimañas
celebran sus banquetes diabólicos
y rocían con sangre la carne de tu cuerpo,
Colombia mía, núbil.

De un seminario de héroes se transformaron
en un país de zorros. De fragua de titanes
pasaste a ser fábrica de ambiciones,
gabelas y adehalas. Pero algún día, Colombia,
tornarás a mis brazos, a la verdad, al vuelo,
y otra vez serás la diosa joven
de la Libertad y la Justicia,
el águila de hierro por las alturas libre,
desafiante, tremante, mi Colombia de llamas,
de truenos y fulgores,
mi Paloma de América.

Porque jamás la Tierra hizo de tierra
una estatua tan noble, tan propicia,
porque nunca se vio ni oyó una
Libertad más alta que la tuya.

Ciro Mendía
Abril – 1957
AMÍLKAR-U

Es poco y fragmentario lo que sabemos de la vida de Amílcar Osorio Gómez (Santa Rosa de Cabal, 1940-1985), el más sofisticado y erudito de los poetas del Nadaísmo.

Hijo de una pareja de antioqueños pobres, don Rubén Osorio, sacamuelas de plaza de mercado y doña Elvira Gómez, ama de casa, nació en uno de esos pueblos de la colonización antioqueña en el Valle del Quindío, de extendidas plantaciones de café, casas de bahareque con patios cercados de chambranas, puertas zapotes y lavandas asediadas de araucarias con las nieves perpetuas del Ruiz, Santa Isabel y Santa Rosa como telón de fondo.

Amílkar-U debió estudiar en el Colegio Mayor de los Padres Lazaristas, cuando Santa Rosa de Cabal tenía una gallera, dos billares, tres boticas, una dentistería y el periódico no se publicaba porque el dueño había permutado la imprenta por un tren de juguete. El Seminario, con unos doscientos alumnos y medio centenar de hermanos vicentinos venidos de Francia y España, infundía en los chiquillos la vocación de servicio, a Dios y a los hombres, a través de los oficios manuales y la oración. Allí aprendió francés e italiano y los frisos del latín y griego que lució desde la juventud.

Empujado por la pobreza, dio con la belleza de su pubertad en el Seminario San Juan Eudes de Jericó, donde conoció, siendo su caudatario, a Augusto Trujillo Arango (Santa Rosa de Cabal, 1922-2007), doctor en teología de la Universidad Católica de Washington, muy afecto a John McNamara, a quien el poeta debe, en buena parte, su fervor por el inglés, los seres de su mismo género. Sólo a los veintiuno, merced a los buenos oficios de la escultora judía Feliza Bursztyn (Bogotá, 1932-1982), que acababa de perder a Jorge Gaitán Durán, el gran amor de su vida, disipó su flácida virginidad teniendo trato con primera hembra. Bursztyn, ocho años mayor que él, murió en Paris huyendo del gobierno de Julio César Turbay Ayala que le acusaba de un delito que nadie conocía. Un jueves a las cinco de la mañana, 18 encapuchados irrumpieron en su casa, le vendaron los ojos, desmontaron su cama creyendo que era un mortero, encontraron una pistola inservible y comenzaron, en unas caballerizas donde tenían también a otro poeta de ochenta años, desnudo y vendado, a interrogarla sobre “los polvos perdidos” de que había hablado, a gritos salpicados de obscenidades, en la mansión de uno de los más conspicuos Caballeros de la Orden de Malta, don Ignacio Chávez Cuevas, director del Instituto Caro y Cuervo.

A mediados de 1957, meses después del derrumbe de la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla, atormentado por Bretón, Capote y François Sagan, perdió el quinto año de bachillerato, lo expulsaron del seminario, mientras su familia se muda a Medellín, donde ataviado de existencialista parisino, con trajes oscuros y pesados abrigos de invierno frecuenta El Metropol, un tugurio de camajanes, adictos y rateros cercano a la heladería Santa Clara, donde encontró a Fabio Raigoza, “bello como una puesta del sol” y con Alberto Escobar, Guillermo Trujillo y Gonzalo Arango crearon el Nadaísmo.

Al año siguiente, desatendiendo una plaza de maestro de escuela que un político le había ofrecido, con Gonzaloarango, que le vendía como el Jean Genet tropical mientras le arrastraba por La Playa y Junín con una cadena de perro al cuello, iniciaron una gira que debió llevarles a Popayán propagando la buena nueva del Nadaísmo, pero terminó en Cali, con un paréntesis en la cárcel de Manizales, por tres meses, viviendo sobre una estera cundida de bichos en la Pensión Estación, de X-504. Amílkar-U leyó entonces, entre anhelos y deseos producidos por la hambruna, cincuenta libros de místicos y orientales de la biblioteca de Jaramillo Escobar.

Desalentado por el machismo y el misticismo de Gonzaloarango —vigilaba sus encuentros con Michael, un niño de ojos azules hijo de Possie Smith (Rosa Girasol), la entonces concubina del profeta—; obsesionado por el chismoso transgresor que frecuentaba los bares de la 3rd Avenue como estrella del New Yorker y de quien había leído Other Voices, Other Rooms —cuyos personajes habitan un desván como bisutería cubierta de polvo que al soplar reluce como oro revelando marchitos secretos— y la jovencita de la nouvelle vague autora de la Bonjour tristesse que llevaba siempre bajo el brazo, Amílkar-U decide marchar a los Estados Unidos siguiendo el ejemplo de Malgrem Restrepo, otro de sus conocidos de entonces.

Reneé Frei, impía fumadora de tabacos con cuerpo de boxeador y su mimado, el joven poeta David Howie, le llevaron hasta San Francisco, donde viviría por varios años frecuentando vates y budistas como Allan Watts, John Sirio, Steve McCormick, Leek Cong, Dan Hall, John Hiebaut, Jim Tylor y Gregory Corzo. Luego, en New York trató a Allen Ginsberg, Peter Orlovsky, Bob Dylan y Brendan Behan, con quienes coincidió más de una vez en los corredores y bares del Hotel Chelsea, donde iba en compañía del mafioso antioqueño Bernardo Fernández Mesa, propietario de un colosal loft en el Flatiron de la Quinta con Broadway, muy adicto a la entrepierna de las adolescentes de Balthasar Kłossowski de Rola.

Así vivió por años en Estados Unidos hasta la noche que, haciendo gala de sus pericias con “el camino de la mano vacía”, en un bar de maricas de New York decidió emprenderla contra un grupo de locas y travestis que, ofendidos, llamaron a la policía para defenderse de sus furias: no iban ellas, preciosas damas del Greenwich Village, habituales de Studio 54 y Crisco Disco en el 408 West 15th Street, irlandesas e italianas, a dejarse intimidar de semejante morsa descompuesta. Tres patrullas de la policía se estacionaron en la puerta de la discoteca, sacaron a empellones al poeta, pidieron sus documentos y como no los tenía y llevaba más de una década como ilegal, procedieron a repatriarlo. De nada valieron las gestiones de la escultora judía. Entre un grupo de amigos pagaron los boletos de vuelta de su amante olmeca, Efrén Mendoza, y de él, que regresaba a Medellín convertido en el poeta que circula en Vana Stanza y El yacente de Mantegna, pero sin duda, el mismo que había deslumbrado al cotarro con La ejecución de la estatua y Súbete todo en mí o La frente cubierta por el cabello.

Sin que pueda explicarse más que por su trato con Monseñor Trujillo Arango en Jericó o sus heteróclitas lecturas de juventud, Amílkar-U tuvo fama de erudito en lenguas como en teorías literarias. Una de ellas, que partiría de opiniones de Rubén Darío y Edgar Allan Poe, sostenía que la poesía sólo existe en concordancia con la melodía, correlación rota a partir de la aparición del comercio como origen de toda riqueza. La poesía, la música, la pintura y la danza habrían sido instrumentos, herramientas de las liturgias primigenias, unas veces de carácter moral, otras, sagrado. Historias fijadas en la memoria colectiva merced a las repeticiones, aliteraciones, juegos de palabras y rimas que la imprenta creyó obsoletas, y que el capitalismo salvaje ignorará hasta hacerlas automatismos de la vanguardia y el nouveau roman, con sus variantes del méta-roman, roman du soupçon o la italiana “scuola dello sguardo”.

Se sabe que en plena juventud propuso a uno de sus compañeros de viaje el reto de ocupar cinco holandesas sobre una lata de sardinas. El desafiado creyó que se trataba de asociaciones o variantes de textos sobre peces o litorales, Melville o Hemingway, pero no, “se trataba de contar el objeto sin apartarse de su física sombra, de su escueta realidad. Amílcar gustaba de hacer estos ejercicios, parodias de los novelistas de moda describiendo con minuciosidad un muro gangrenado, registrando las estrías de cada ladrillo, recobrando la luz exacta del día con una prosa que era el silencio y la verdad de un mundo sin efugios del corazón”.

Amílkar-U creía también que la lectura en voz alta sólo hace viva la letra del poema evocando imágenes, conceptos, experiencias que yacen en el fondo de la memoria colectiva de cada oyente. Las artes literarias de su presente necesitaban de la voz para combatir las nuevas religiones y resignaciones de los rebeldes vencidos por la cotidianidad. De allí su conflicto con Gonzaloarango, de allí su “el único intelectual del Nadaísmo soy yo”, o “Gonzalo era un beato, un escritor mediocre” y “Ginsberg me aburría mucho, se la pasaba cantando mantras y quemando incienso, diciendo que quería hacer el amor con Fidel Castro...”. “Yo he sido muy racionalista, lo que más me atrae es el racionalismo”.

En los museos de San Francisco y New York y en su trato con los innumerables artistas plásticos de las dos capitales de la cultura completaría sus concepciones de la literatura como un arte visual a partir del ritmo del texto. Como los modernistas Valencia, Darío, Lugones e incluso Juan Ramón, para Amílkar-U pintura y poesía eran los otros extremos de la armonía, porque si la música es análoga a la poesía en sus emociones cantadas y rimadas, la pintura, la música y la poesía lo son en acordes y armonías del color. Quien no se inclina hacia la música y la pintura no podrá ser un auténtico poeta.

Teorías que guiaron las confecciones de muchos de los textos que le sobreviven. Una de las novelas que escribió y hoy están o desaparecidas o en poder de sus herederos, La ejecución de la estatua, ocurre en una plaza mayor, domingo, día de mercado, entre el amanecer y su crepúsculo. En trescientas carillas quien narra imagina la vida tras las ventanas que rodean la plaza. Cuando las sombras ocupan sus lugares llegan los asesinos que producen una masacre. Durante el genocidio, Edipiana, la estatua que representa la madre en todas las plazas de Colombia, es ejecutada mientras los zamuros descienden de las cumbreras de las casas sobre los basurales con la total indiferencia y el silencio de los recién interfectos.

También con la lírica, Amílkar-U estableció una suerte de Verfremdung, como quizás lo habían hecho los Modernistas al desentenderse de un entorno y realidades que encontraban despreciables para la vida y mucho más para el arte. Como Darío, nicaragüense, y Valencia, colombiano, Osorio Gómez tomó el camino del arte, invirtiendo la crónica de la realidad, creando el otro mundo que no halló en las ciudades de su juventud y en los lenguajes de sus compañeros de viaje. Por eso dijo Gonzaloarango que si bien había sido uno de los fundadores del movimiento, fue odiado y admirado hasta el fanatismo por haber erigido la ignominia en estética y degradado los valores hasta el envilecimiento, execrando lo eterno y lo inmundo, el arte y sus amigos.

Su único libro de poemas, Vana Stanza, diván selecto (1962-1984), se publicó en una edición de trescientos ejemplares un año antes de su muerte. En la breve nota introductoria que le acompaña dice que los poemas no están ordenados cronológicamente, no menciona los libros de los cuales proceden y menos recuerda que el autor había sido uno de los fundadores del Nadaísmo. 100 poemas que le han separado, como sucedió con Los poemas de la ofensa de X-504, de las facilidades y fragilidades del Nadaísmo. 100 poemas que le alejan a grandes pasos del acento y las representaciones de Mario Cataño Restrepo, José Mario Arbeláez, Gonzalo Arango Arias, Elmo Valencia o Héctor Escobar.

Vana Stanza es un recorrido memorable por los espacios de la memoria, lugar vacío para siempre de realidad, vano de carne y hueso que nos habita hasta la última hora, testigo único de nuestra marcha por la historia. Como en los poemas de Kavafis que tradujera para la revista del movimiento en los años setenta, un piso de maderas, unos candelabros, unas puertas o sus janelas serán las substancias que repasen las ausencias de la vida y del amor. Recuerdos imaginarios que nacen en las aristas del día o al momento de romperse la luz, bodegones de la carne y el placer, iluminados por surtidores y fulgores del deseo, mármoles del presente, solas presencias del desprecio por la ordinariez de la vida cotidiana, por la lujuria podrida de la infecta carne del capitalismo. El cuerpo como lugar de la ruina del mundo, fragmentos y ultrajes del destino.

“El cuerpo”, ha escrito Omar Castillo, “está presente en la obra de Amílcar Osorio, ya como correlato del universo, como vaso de lo coloquial, como sustancia que nos introduce en los rigores y ejercicios de la existencia, luchando entre las formas y la rutina, ofreciendo sensualidad como trasgresión a la sumisión que implica la ignorancia del cuerpo”.

Con Vana Stanza, como con Los poemas de la ofensa, la poesía llamada colombiana por fin rompe definitivamente con las tradiciones españolas, que perduraron hasta los primeros libros de los poetas de Mito, incluso en su mejor exponente, Gabriel García Márquez, deudor, sin culpa alguna, de la peor poesía del mejor poeta de Piedra y cielo, Eduardo Carranza.

Poesía, la de Vana Stanza, para ser dicha en voz alta, en los aposentos del Renacimiento o en los recintos que guardaban las damas de las cortes de amor, arte de la voz y el ojo, cadencias y compases para la pátina de los sentimientos contemporáneos, las separaciones y jugarretas del destino. Para los fiascos de los nuevos amoríos entre machos, la nueva especie y género que había invadido sin regreso el mundo del siglo que nacía entre las ruinas del Muro de Berlín y el fin del comunismo.

Los labios se entreabren y ya se ha ido el beso.

El amor no es efímero, es efímero el tiempo.

Amílkar-U murió el 12 de febrero de 1985, al caer en las aguas de La Oculta, una laguna de Jericó, donde había conocido la precaria felicidad que deparan los encuentros con quienes una vez se amó.

(Tomado de letralia.com)