“ESTE COSIACA SIEMPRE ES
QUE ERA MUY AVISPAO”
QUE ERA MUY AVISPAO”
Uno de esos personajes singulares y casi mitológicos, no se sabe si Dios lo creo para la bravura o para la joda, pero queda claro que pa' las dos cosas fue bueno. Nacido en Heliconia (Antioquia) De nombre Cosiaca y su remoquete José María García.
Cosiaca es hoy en día un referente para los cuenteros y mentirosos, que continúan con la tradición oral que caracteriza al pueblo antioqueño pero también a Colombia entera, de ahí que se diga que Colombia es la tierra de los mitos y las leyendas.
Gran parte de los cuentos de cosiaca se pueden encontrar en el libro “Testamento del Paisa” del escritor costumbrista Agustín Jaramillo Londoño.
ALGUNOS CUENTOS
Cuento 1.
¡Este Cosiaca siempre es que era muy avispao! Ese no se varaba nunca, y por pobre que estuviera siempre andaba de buen humor y por lo menos la lata se la levantaba. En una ocasión llegó a Guaca. Allá había unas fiestas muy alegres que estaban en su fina.
¡Valientes fiestas tan buenas! -dijo cosiaca-. Aquí si que voy a pasar yo bien sabroso…pero lo importante es ir a almorzar que está haciendo mucha hambre.
se entró a una fonda, muy campante aunque sabía que no tenía para el almuerzo.
Llegó al comedor, se acomodó y dijo:
-Buenas mi señora. Necesito que me sirvan un almuercito bien bueno. Pero tal como me lo sirven en la casa.
-como no señor. Ya mismito.
Le trajeron el almuerzo. Se lo comió y fue a salir muy orondo sin pagar. Cuando lo atajó la mujer:
-Oiga, señor: ¡usté no ha pagao!
-Qué voy a pagar, mi señora, si yo le advertí que me sirviera un almuerzo como me lo sirven en mi casa y en mi casa no me cobran….
Cuento 2.
Por la noche se fue a merendar; -Vea, señora: sírvame un chocolatito. -Si, señor, Demás.
-Pero en una tacita grandecita….y bien parviao…
-si, señor.
Se sentó cosiaca a beber chocolate y a comer. Y así que ya terminaba, sacó del bolsillo unas cucarachas que había llevao y las echó en la taza, con harto disimulo.
Y comienza de esta manera:
-¡gas!; virgen…¡gas!
Y haciendo arquiadas. Haciendo arquiadas.
-Qué le pasó, señor? ¿Qué le pasó?
¿qué clase de fonda es ésta? ¡Gas! ¡Auf! Vea las cucarachas que me encontré. ¡Gas!
-Haga silencio, señor -Suplicaba la vieja-. ¡Calle la boca! ¡Mire que está mirando todo el mundo!
-¡Gas! ¡Gas!
-Ay, señor. Mire; bien pueda váyase y no le cobro la merienda.
Y Cosiaca, que esto ero lo que esperaba salió satisfecho. Comió y merendó y nada le costó.
Cuento 3.
Al otro día le hizo un mandado a una señora. Para que le diera almuerzo. Llegó a la cocina y le dieron una sopita.
-¿Y qué más es el almuerzo? -preguntó.
-Nada más.
-Entonces sírvame la merienda, pa que salgamos d’eso di una vez…
-Bueno, Cosiaca. Le vamos a encimar un huevo a caballo.
Le sirven un montón de arroz, y encima, un huevo frito.
-¿Y esto qué es? -pregunta Cosiaca.
-¿Pues no ve? Un huevo a caballo.
-¿Si? Entonces ¿ por qué no me hace el bien y me le pone una monturita de carne y un par de estribos de yuca?
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