30 mar 2012

REXIXTENXIA NORTE
1998

Al igual que la historia del Medellín, la de la Rexixtenxia Norte está acompañada de inmensas alegrías pero también de profundas tristezas, las cuales no han logrado la desintegración de este grupo de aficionados que se pueden ver, fecha tras fecha, alrededor de todos los estadios del país acompañando su divisa.

El D.I.M. a lo largo de su existencia ha contado con el apoyo incondicional de sus devotos porque más que un equipo de fútbol el Medallo es una religión.

Así como en el año de 1914 se dio a conocer al mundo la fundición del hierro, el 14 de abril, del mismo año, se gestó en la capital antioqueña El Medellín Football Club, quien ha sido a lo largo de estos años Patrimonio Cultural de los antioqueños, un Sentimiento Inoxidable.

La gente del D.I.M. siempre ha estado en las buenas y en las malas y se ha hecho conocer en el ámbito mundial por su espíritu luchador, el mismo que identifica a los oriundos de esta región.

Las barras del Rojo siempre se han caracterizado por su bulla, su inconformidad y sus rasgos de gente popular y peleadora; hinchada que goza y sufre, ríe y llora, vive y sueña entorno a una cultura, a un estilo de vida, a un sentimiento, al Medallo.

Los bravos de la Bayadera son grupo de hinchas bulliciosos, peleadores y enamorados del aguardiente, que nació a mediados de siglo XX en el sector de la Bayadera, barrio popular del Valle de Aburra, donde actualmente se ubican las grúas del puente de la calle treinta y tres. Como esta barra, también fueron conocidas la popular Danza del Sol ; grupo de viciosos, bebedores de aguardiente y enamorados que al igual que sus jugadores se entregaban en la tribuna al aliento de su club, los argentinos de la Toma , en el sector de Caicedo; los agresivos de la Estación Villa , los Rojos de la Montaña y la Llave Roja fueron asociaciones de hinchas que acompañaron, de la misma forma que a la ciudad, el crecimiento del Medellín , de sus gentes, de sus familias y de los que hoy somos la más grande hinchada del Rojo, del país, la Rexixtenxia Norte .

En plena perestroika, cuando el mundo se abría a la globalización, apareció en la parte norte de Suramérica una de las barras más representativas del fútbol latino, La Putería Roja, la más grande asociación de hinchas que se postraron en una tribuna para corear, saltar, pelear y hasta vivir por una divisa.

La primera barra en Colombia que corearía a sus jugadores, la primera en tener una bandera gigante con los colores de su club, y la primera en saltar rítmicamente para alentar e imprimirle emoción al juego desde las tribunas sería La Putería. Icono y envidia de los demás clubes del país este grupo llego a su disminución, pero no a su desaparición, a finales de la década del 90. Malos manejos económicos y decaimiento a causa de la superada adolescencia de la mayoría de sus integrantes, quienes iban dejando de expresar sus sentimiento (con tanto ahínco como antes) excusándose en que tenían que cuidar el futuro de sus hijos o que tenían un empleo, desencadeno en el fortalecimiento de un nuevo grupo asociado de hinchas, que paradójicamente, eran los mismos de siempre, los que siempre fueron a la tribuna oriental y que de ahora en adelante se apostarían en la tribuna popular norte. Con el paso de los 90 crecieron con el Medellín barras reconocidas en el ámbito nacional como Korea, e IRA Roja, que a la par con La Putería, acompañaron al equipo, y que posteriormente, colaborarían en el engrandecimiento y fortalecimiento de la REXIXTENXIA NORTE.

En septiembre de 1998, después de varias reuniones llevadas a cabo por algunos ex integrantes de La Puteria, nació la más grande, la más fiel, la más viajera, la de más aguante y la menos interesada de todas las barras colombianas. La hinchada que el pueblo antioqueño anhelaba. Una hinchada popular, sin distingo de raza, clase social, género y que recogiera ,en sí misma, las características tanto del Independiente Medellín; un equipo luchador, a quien nadie le regala nadie (y que no necesita que le regale), como de su gente; del albañil, del barrendero o barrendera, del o la taxista, la ama de casa, la empleada del servicio, el jardinero, el o la funcionario público, el o la preso, el o la vendedora ambulante, el maestro de universidad o de escuela y todo aquel que gracias a su tradición familiar o al gusto por los colores azul y rojo termino enfermo de este equipo.

Pasaban ya 45 años y el pueblo antioqueño no veía a su equipo festejar una vuelta olímpica. El afianzamiento de la banda indigente se fue dando de la mano del equipo, quien le recordó al fútbol local que era un equipo grande. Grande por su gente, por sus costumbres, por sus títulos y participaciones en Suramérica, donde siempre, por medio de su buen fútbol y su gallardía, demostró ser el club más grande de Antioquía, de su gente, de los antioqueños, los verdaderos Paisas, los hijos de Antioquía, Los Hijos del Pueblo.

En el segundo semestre del año 2005 el rojo le volvía a brindar a su gente las mieles del triunfo. Pero era un triunfo a medias. La totalidad roja creía que este año, después de muchas burlas y fracasos, El Medallo iba a encender la fogata de la envidia de otros clubes, al conseguir su tan esperado tercer campeonato. Pero un tropiezo en el último escalón daría inicio a una seguidilla de alegrías y triunfos, fiestas y carnavales que se han podido presenciar en todo el territorio antioqueño.

El siglo XXI ha sido de alegrías para Medellín. Sus gentes han celebrado dos campeonatos inolvidables para la región.

El 22 de diciembre de 2002 en San Juan de Pasto, y contra el equipo de esa ciudad, el equipo del pueblo dio el mejor regalo de fin de año que se le puede dar a un hincha, un campeonato, ¡y qué campeonato¡ La banda acompaño masivamente al equipo durante todo el torneo. Entre otras hubo invasiones a la ciudad Santiago de Cali, de donde se trajo un buen reducto para obtener su paso a la final y a Ibague donde se obtendría, por fin, el paso a la anhelada final esperada con muchas ansias por la hinchada Azul y Roja.

Este triunfo, que no-solo fue del equipo sino también de su gente, alegro la vida de miles de antioqueños y amargo la existencia de algunos colombianos, pero muy pocos ellos. Con el regreso del equipo al ámbito internacional, la banda se hizo reconocer con su masivo acompañamiento, específicamente, en países como Argentina, Brasil, Ecuador, Chile, y en general en todo el mundo.

Del masivo acompañamiento de la hinchada nació el apoyo para la emisión del primer CD de la banda indigente, Marcado de X vida. Que no era el primer compilado de música expresa y exclusivamente hecha solo para el Medellín.

Durante todos estos años de amistad, de crecimiento entre amigos, de unión familiar, de luchas, de éxitos, de alegrías y tristezas se anidaron en el entorno citadino de la capital montañera lazos de hermandad entre muchos y cada uno de los integrantes de la Banda del Rey de Coraxonex.

En el alma de la Indigenxia quedara marcado el recuerdo de todos los que se han ido, Wilson; aquel joven asesinado brutalmente por la autoridad después de un clásico, El Burrito ; para todos inolvidable, Tito ; Xupremaco, Boliquexo ; Chatarrero, Volkán ; el loco, y finalmente el más grande icono de la Banda, un grande, un hermano, un amigo, un parcero. Nelson David, EL Chiki.

Aquel 27 de Junio del 2004 por primera vez en la historia el DIM le daba la vuelta a su rival de plaza (Atletico Nacional) en la CARA, LA HINCHADA a pesar de sufrir una sanción por parte de la alcaldía de Medellín hizo la fiesta en las tribunas, en el primer partido haciendo suspender por unos minutos el partido por la pólvora y en el 2do partido aguantando hasta el fin, hasta que el árbitro pito Y EL DIM el equipo del pueblo ERA EL CAMPEÓN.

(tomado de rexixtenxianorte.net)

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